Tengo tres pares de sandalias, un pantalón desgastado, dos faldas y unos panam; elijo ver con las manos, tomar un libro media noche y comenzar a leer, elijo bajarme del autobús a medio camino, tomar agua, fumar delicados, elijo caminar a las tres de la tarde, nadar en la noche, elijo recorrer las calles solas, caminar en lugar de usar un auto, elijo no ponerme chamarra para tener frio, elijo verte caminar y solo escuchar, elijo tocar tu manos con la lengua, morder tu espalda; elijo tomar leche con chocolate y elijo ver un árbol desde arriba, desde abajo, elijo bañarme en deseo o cerveza qué más da, elijo bailar sin vergüenza, elijo desnudarme ante tus ojos, tocar tus largas pestañas, elijo encerrarme, elijo sentir con la piel, oler los colores, tocar el viento con las pestañas, elijo ver hacia arriba y caminar a la izquierda, elijo recostarme en el pavimento, poner las manos en el hielo, elijo sentir frio, elijo soñar despierta, sentir la brisa ligera y tocar la luna con los pies, elijo que las nubes sean moradas, elijo usar sandalias y olvidarme del concepto de zapatos, elijo quemar mis pies al sol, ver oscuro, elijo besarte y sentir lo rosa del viento, elijo la comodidad de la libertad, respetar lo sublime de tus pasos, elijo elegir lo que hare mañana, elijo pintar mi mundo de verde, sintiendo el agua correr bajo lo azul del frio mar candente en silencios porque somos un mar de pensamientos encerrados en el espectro de tu voz; seamos el respeto y la paz que te da aliento, suave calor, renaciendo en dulzura y honestidad. Pureza espectral, elijo despertarme a las tres de la mañana para hablar contigo y llorar a las cuatro, elijo tocar mis pies con las manos y disfrutar del dolor que causa la flexibilidad, elijo poner mi cabeza en las fuente cuando llueve dentro de mí, elijo no sonreír en la fotografía, elijo no verte, no escucharte, no poner música hoy, elijo no usar celular, elijo no usar tu dinero y usar tus pestañas de abanico, elijo no contestar tu llamada, escuchar tu música, verte amanecer a mi lado, elijo no jugar contigo; elijaría que me miraras así; elijo no leer lo que escribes para mí y elijaría poderte ver ahora que lo necesito.
Elijo ver el sol en la noche, elijo ser un garbanzo matemático y un frijol poético. Elijo sentir la música con las manos, tocando cada nota, abrigando cada silencio, reparando cada ciclo, percatándome de cada agudo, viendo la nacer en mi, elijo no cortar mi cabello, ver el espacio gris, caminar descalza, andar por el pasto, elijo no tener sabor, elijo verte transparente, adorar tu independencia, la naturaleza, las esencias, los sentimientos.
Elijo sentarme en un puente, pintar raíces en las paredes, pintarme de con colores de espectral sabor, tener sensaciones extrañas al mirarte sonreír, elijo moverme con el viento, colocarme en tu cien y sembrar capullos en la cera; elijo estar a oscuras y verte con el olor de tu piel, elijo moverme en dirección contraria a la tuya y pensar diferente que la lombriz, elijo tener una mosca de mascota y tener una nueva al siguiente día, elijo caminar en la noche recogiendo mangos verdes y hacer que el agua desaparezca de la luna, elijo escribir hasta que venga el dolor de cabeza, elijo ser sincera ahora y decirte que no puedo oler tu temor, que no creo en el amor y que este mundo es lo único que tengo; elijo estudiar a las langostas, odiar el azul; elijo ponerme en un gran plato naranja, encerrada en una jaula de lechuga, con un jitomate como celador. Elijo ponerme bloqueador, no mojarme antes de entrar a la alberca y no usar toalla, elijo no correr para alcanzar el autobús, comer sin cubiertos, elijo no hacer tarea, me rehusó a pensar en levantarme a las siete de la mañana, elijo aprender de ti, elijo cerrar la puerta, mover con lo verde del agua, no peinar mi cabello, caminar sobre las nubes, tener una rasta con zacate, elijo disfrutar de los malvavisco y trasnochar viendo la luna caminar, elijo cansarme para poder dormir, elijo escuchar a los Arctic Monkeys y amar la canción “From The Ritz To The Rubble”, elijo decir que lo profundo es demasiado profundo y pensar en un millón de cosas que no pude haber pensado en la mañana, ahora todo tiene sentido, la neblina sube, podemos cambiar; pero es algo que no podríamos hacer en un domingo por la tarde. Elijo terminar de escribir y hablar de amapolas pero hoy no.
No se siente como aquella brisa en la cara cuando estas sudado, como si no necesitaras de comer, como si tuvieras un millón de ideas sobre la papa que vas a sumergir en aquel dip o como si sintieras el burbujéate sabor de la soda que pasa ahora por la garganta de aquel sediento niño después de haber jugando con grava y la cara de desaprobación de su madre. Intenta sentir el aroma que despiden los arboles cuando tienen un nuevo secreto, tentemos a los arboles para que nos cuenten historias de color.