Caminando la ciudad
Móvil que te atrae la mirada, caminado sobre la ciudad, derrumbando las sensaciones tomando la esencia de las miradas que te llevan y atrapan a nuevas formas de color, levanto la mirada cruza con aquella que se hace profunda y ciega los colores, el blanco y negro se hacen distancia te hace crecer, te aferras, piensas que se puede cambiar, observas, decididos.
Los pensamientos se cortan, estrellan y colapsan entre sí, chocando sin hacer un cambio, clamas por paz.
Abres, tres pasos, entras a en aquel lugar repleto de personas y te sientes como si estuvieras parado en la esquina de un edificio muy alto, como cuando te dicen una mentira y te das cuenta, observas músico, pintores, bailarinas y lees “Examen Profesional”, admiras la belleza de una caja que expresa dolor y vida a la vez como si renaciera del azul agua que te engancha y atrae como si tuvieras la necesidad de abrirla y escuchar dentro “¡No Puede Tocar!”. Caminas, solo tienes un par de pesos en la bolsa, ves el autobús que pasa repleto de gente y decides caminar, llevas más de dos horas caminando y prefieres continuar, los tobillos queman y las piernas arden, llegan a ti recuerdos de quienes hablan de lo fuerte de tus piernas, continuas caminando y ves como un niño le da opciones a su madre para elegir un color de listón, continuas ves como la calle se hace grande sin un solo automóvil, miras el esplendor de los enormes edificios, clavas la mirada, observas caminar un montón de personas, un montón de ideas, un montón de pensamientos, cientos de esencias, es un lugar lleno de color, estiras los brazos y ves las diferentes texturas, colores, disfrutando de aquel paraíso artificial lleno de color, texturas; abres los ojos y esa mirada un vez más, se obsesiona y te pregunta tantas cosas, contemplas la duda en sus ojos, no satisface tu opinión y llega el aroma más peculiar tabaco, olor a palomitas, pollo, humo, sientes lo salado en tu piel, cruzas, escuchas él chillar de las llantas a tu espalda, te paraliza por un segundo y continuas caminado con la sensación de alivio de no sentir un dolor más fuerte, caminando se hace más ligero el camino ya no sientes tus piernas solo el sabor agridulce de aquel dulce de piña que compraste en la mañana, te miras en el reflejo y te ves ausente, mueves una mano y aquella persona del frente también lo hace pero porque, porque sigue tus movimientos te conoce tan bien solo la miras y esa mirada de duda la encuentras una vez más, pretendes escapar de ella pero te sigue, te analiza, desnuda tu cabeza como un rio lleno de peses muerto que se escapando tu mano, ves al final de la calle esos colores te acercas y ese aroma conocido una vez más te encierra; continuas caminado y ahora ves los colores en aquellas formas de vida, flores de todos colores, llenas de tristeza al saber que morirán en poco tiempo; sin disfrutar los susurros que generan su aroma, deleitándote en silencio, sin prejuicios, decides tomar un poco de agua y te das cuenta que se ha terminado, tomas la última gota, ves florecer cientos de ramas que salen de tu lengua, aquella rama que llego a entrar en tu cerebro se confunde porque es un enorme laberinto y no encuentra la salida y una vez más aquella mirada de duda te observa, curiosea con la estructura de tu cuerpo y la esencia de pasión que despide tu mirada.
[Dudan amapolas, sonrientes, con risas que atemorizan, tranquilizan,adormecen y explotan de placer]