Magia, bailara frente tus ojos.

Flowers in the water, Till the day I die.



I feel I wanna hold you, wanna tell you that you'll be alright
Sang this song today, it's recalling your pictures all in my mind

EN UN MUNDO DE TERCIOPELO


Cuando yo lo conocí el tendría unos 14 años de edad, tenía el cabello suave, la piel tersa, no fumaba y podía ver, ahora es ciego…

Se acercaba lentamente como si buscara encontrar el sabor de mi rostro con tan solo tocarlo, el siempre tenía la mirada perdida, pareciera que te miraba y analizaba, daba miedo, yo lo veía con sorpresa, no quería que se acercara a mí. Nunca tuve una conversación con el.

El conoció a Pris; que había nacido sin el glorioso sentido de la vista, nunca había estado en un choque, ni en una pelea, nunca había visto las luces del semáforo, nunca había inhalado cosas por la nariz y nunca había tenido contacto alguno con un hombre que no fuera su padre, señor responsable, de familia con dos hijos Priscila “La ciega” y Norma; por normal; tenía una amante y a su secretaria como sexo servidora, su madre no sabía hacer nada más que cocinar y cuidar a su pequeña hija; que iba a ser de su hija cuando ella no estuviera; siempre se preguntaba, se encargaba de cuidarla, llevarla, acercarle, darle, enseñarle, pasearle, todo cuanto te puedas imaginar ella lo hacía por su hijita.

La vida de ella se basaba en imaginar cómo sería el sol, como sería el pasto, como sería la cara del hombre de su vida, de qué color son los colores y como es que se puede ver con la luz.

Tuvieron su primera relación física cuando ella tenía 22 y el 21, se llevaban unos meses era más grande que él, no vieron el amor, no vieron sus defectos, todas la marcas de pequeños o las apagadas de cigarrillo en los brazos de él, no vieron el color de su sudor, ella sintió el tamaño de su miembro, vibro con sus orgasmos, se deleito de su saliva y sintió con todo su cuerpo el color de los ocasos, le pedía que gritara los colores para poder verlos, abrazaba los azules, acariciaba los amarillos, se diluía en los verdes, besaba cada rojo que tomaba entre sus manos, creando tantas imágenes que nunca pudieron volver a ver, todo lo que no existía, los cuentos que le habían leído, pudo ver la muerte y pudo sentirse cerca.